"El vergel de Selene": un relato que utiliza únicamente palabras con la vocal "e". 

Hola amigos... Espero que se encuentren muy bien. En esta ocasión comparto con ustedes, este relato que escribí utilizando únicamente palabras con la vocal "e". Fue un ejercicio interesante en el cual tuve que echar mano de ciertos "trucos"  para poder plasmar algunas ideas. Espero que lo disfruten.


— CAPÍTULO I —
EL JEFE 

René Téllez Negrete, “El jefe”, es —per se— demente, rebelde, pedestre. Desde el ejercer de regente de Pemex, le emerge ese repelente temple de creer tener genes de rey.Este feble vejete, expende semestres entre reprender gente; vender membretes; crecerse; tejer enredes; vencer. De René, pende el excederse en el beber; el tener “en express ”; el meterse entre “peces” de temer; el “desenfrene”; el estrés; el descreer; el ser hereje.El vejete cree vehementemente se empleen en Pemex, “Secres” de excelente ver: —Preferentemente— deben desprender “temples” de vedette. Deben emergerles “excedentes” en el frente; se les deben ver “excedentes” en el revés. Deben tener prestés en desprenderse del dress. Deben ser experts en beber “cheves”, en beber jeréz. Deben ser céleres en “ejercer el deber” en el desk. Deben tener excelentes precedentes de “entretener” jefes. Deben ser de breve entender. Deben —de repente— meterse en Excel.René, teme el “Peje” se entere de ese exceder. Teme le desherede; le eche de Pemex; le releve. El verse perder el membrete de regente, le entenebrece. Tener en mente perder el Mercedes-Benz, el “Be-Eme”, es perecer. Creer en desprenderse del tercer Bentley, es verse en el “desvele”.Gente decente —en breve— le repele. Este endeble vejete, ve el presente desde el desdén, desde el “deteste”. En ese entender, en vez de extendérsele el Ser, —éste— le decrece. 


— CAPÍTULO II — 
SELENE MENDEZ 

De “El jefe Téllez”, depende Selene Méndez. Este leve ser —de celeste tez— ejerce de “Secre”. Selene desprende derechez. Es decente; es de enternecer; de tener pez; de beber té verde; de tejer en el tren; de mecer bebés. El Beetle verde peltre de Selene, es célebre en Pemex. De Selene pende el Éter del Ser, el extender frentes de fe.“El jefe” —en ese degenere de vejez— pretende beber el Éter del vergel de Selene. Él, cree merecerle. Cree le pertenece. El verle de frente, le estremece. Tenerle —cree el vejete— debe ser efervescente, debe ser el edén.René Téllez —desde el excelente set de lentes Hermès— le ve en el verde césped de enfrente. —De repente— ¡se estremece de “encele”! Ese ser celeste de excelente esbeltez, pende de Fer Reyes. Selene —entre “jejeje’s”— se prende de él; se embelece. 


— CAPÍTULO III—
FER REYES 

El célebre Fer Reyes, es el edén de Selene. Fer es el chef de “El Entremés de Chente”. Él, es de lentes de ver; de gel; de jerseys; de leer “Helen Keller ”; de revender elepés en kermés; de encender el pesebre de Belén; de ser presente. De este creyente ser, se desprende el temple del Zen; el ser clemente; el crecer; el ser gente. 

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"La cabaña" : Una historia que utiliza únicamente palabras con la vocal "a".


Hola amigos... espero que se encuentren muy bien. En esta ocasión comparto con ustedes esta breve historia que escribí utilizando únicamente palabras con la vocal "a". La gran mayoría de los vocablos que utilicé se encuentran en su forma original; sin embargo, para poder expresar ciertas ideas, recurrí —en algunos pasajes— al uso de licencias poéticas. Sé que todos aquellos amantes de la lectura y la escritura, encontrarán interesante este pequeño ejercicio literario. Espero que lo disfruten y gracias por leer. Saludos!


"La cabaña"


Capítulo I – La mañana. 

Cada mañana, la gran bandada va al zarzal para acaparar las ramas más altas. Las blancas garzas van a parar hasta las anchas jacarandas. Las pájaras cantan; las ranas saltan a las “lamadas” charcas; las gansas nadan; las chachalacas llaman; las cabras balan; las patas graznan. Las plantas danzan al captar las mansas ráfagas. Las claras cascadas —al bajar a las magnas cañadas— braman. Tanta alharaca va a dar hasta la cabaña. 


Capítulo II – Las plantas. 

Anclada tras las barrancas, a la cabaña la “agalanan” vastas plantas. Hay jacarandas, palmas, zarzas. Las largas llamaradas anaranjadas, abrazan a las achaflanadas bardas hasta arrastrar. —Plantadas al azar— hay lavandas, albahacas, chayas, granadas, marantas. La campal grama abarca hasta las trancas más apartadas. —A más— hay malvas, lantanas, jaras, azahar. ¡Hay tantas… tantas gamas! 


Capítulo III – Adán. 

Allá, Adán rasca las lagañas; saca la caspa; aplaca las canas; lava la cara; canta gárgaras; hasta saca Plax para tratar la placa. —A mala gana— alarga la papada para rasar la barba. Al acabar, agarra sayal para trabajar. Va a la planta baja para zampar. Halla manzanas, pasas, papaya, bananas. Halla fabada, chapatas, tamal, pan, tártara. Adán —tragaldabas al más— tras acabar tal manjar, agarra hartas ganas para arrancar la chamba. 


Capítulo IV – La chamba. 

Adán va tras la cabaña para dar alfalfa a las pandas vacas. Da las pacas más vastas a las vacas más flacas. Saca a pastar a las cabras carablanca. Pasa a las marranas mansas a la afangada charca; a las más bravas las aparta, las laza para atarlas a la malla. Cala las trampas para las ratas. Clava las trancas para plantar raya al chacal. Arrastra la paja. Amarra las parras zafadas a la alambrada. Trasplanta lavandas. Agarra mazas para clavar alcayatas. Apaña hachas para atajar varas; para rajar tablas; para talar ramas. Agarra zapas para labrar; azadas para arar. Agarra palas para cavar largas zanjas acanaladas. 


Capítulo V – La amada Ana. 

Adán aplaza la chamba. Va a la casa. Llama a Ana, la amada. Halla a la maja dama ya bañada, nada más a bata. Ana —calmada— da a la faz, apagadas chapas gama grana. Saca la acampanada falda a rayas, las bragas, la faja, la chamarra, la mascada. Calza las alpargatas. Halla la banda para amarrar la marañada mata. Saca la caja para las alhajas; agarra las arracadas ágata para apantallar a Adán. La facha agrada al galán a carta cabal. Adán la halaga, la abraza, da nalgada. 

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Ninguna fuerza abatirá tus sueños… 

En cierta ocasión, un reconocido compositor publicó un comentario un tanto “negativo” acerca de mi música, pues a su parecer, ésta no era digna de ser promovida. Aquí te relato lo que sucedió. 


Recién había concluido la producción de mi segundo álbum de música instrumental y me encontraba iniciando la etapa de promoción, así que contacté al Instituto Queretano de la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) para solicitar su apoyo con la difusión de este nuevo disco en sus redes sociales. 

El Instituto accedió y a los pocos días colocaron en su página de Facebook una publicación en donde se invitaba a las personas a conocer la música de mi nuevo álbum, y se incluía además un enlace a mi sitio web, mediante el cual las personas podían escuchar los demos de las melodías. 

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Inspiración: El aliento de la Divinidad. 

En virtud de que en este blog pretendo narrar vivencias propias, me gustaría compartir contigo una situación muy singular que experimenté durante la producción de mi primer álbum (“Nocturno Instrumental”) y que está estrechamente relacionada con el tema de la Inspiración. 


Como lo he comentado en otras ocasiones, este primer álbum tuvo su origen en mayo de 2008 cuando compuse “Esperándote” una melodía dedicada a mi sobrino Héctor, 3 meses antes de su nacimiento; hijo de mi hermano Héctor y mi cuñada Esmeralda. 

Viendo la aceptación que tuvo el tema, así como los emotivos comentarios que las personas compartían conmigo, decidí seguir componiendo, sin saber aún la respuesta tan positiva que posteriormente tendrían estas nuevas melodías entre mis seguidores y más aún, la huella que este disco dejaría en mí. 

En ese tiempo, no me era posible dedicar horas del día para avanzar en la composición de las nuevas melodías, así que recurría a horarios nocturnos para trabajar. Cuando terminaba mis actividades normales, comenzaba a trabajar en mi música cerca de las diez de la noche, finalizando las sesiones a las dos o tres de la mañana. Es decir, pasaba cinco horas enfocado en actividades relacionadas con la producción musical, tales como composición, edición, arreglos, mezcla, etc. 

Debo decir que al principio, las sesiones de trabajo se desarrollaban sin mucho avance: la Inspiración a veces llegaba, pero muchas otras no y yo tenía que permanecer a la espera de que surgiera la creatividad para así poder convertir las ideas en música. 

Conforme avanzaban las sesiones, fui descubriendo que mi propia actividad mental estaba alejando a la Inspiración y que mientras más me esforzaba en inspirarme (como si eso fuera posible), más me desconectaba de ella. 

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Eventos sincrónicos: ¿Complejas coincidencias de la vida o sutiles señales del Universo?

¿Quién no ha experimentado en alguna ocasión una "casualidad" cuya manifestación parece ir en contra de todas las probabilidades? 

Las sincronicidades son situaciones muy peculiares en las que una serie de eventos aparentemente desconectados entre sí, se manifiestan “mágicamente” coincidiendo en tiempo y lugar, aportando además, un significado especial y único para la persona que los vive. 

Los casos más populares de eventos sincrónicos, son por ejemplo cuando vamos a llamarle por teléfono a una persona y en ese mismo momento esa persona nos está llamando a nosotros. O cuando tenemos varios días acordándonos de alguien a quien no hemos visto en mucho tiempo y casualmente nos topamos con esta persona en la calle.

Sin duda, todos tenemos la oportunidad de experimentar sincronicidades, pues éstas se manifiestan constantemente en nuestra vida; sin embargo, al encontrarnos tan inmersos en la cotidianidad, muchas veces las pasamos por alto, perdiendo con ello la oportunidad de conectar con ese Poder que, a través de la historia, ha sido nombrado de tantas formas, pero que finalmente es UNO

Para muchas personas, todo esto podría sonar a fantasías "New Age", lo cual es respetable, sin embargo, para quienes en más de una ocasión hemos vivido este tipo de eventos, nos queda muy claro que detrás de cada sincronicidad, detrás de cada gran “coincidencia”, existe una presencia que intenta dirigir nuestra atención hacia algo o hacia alguien, siempre con un fin armónico, que a veces, en primera instancia, no llegamos a comprender. 

En ocasiones la sincronicidad parece traernos un "mensaje"; otras veces el evento aporta respuestas significativas a preguntas que han estado rondando nuestra mente y en otras más, la sincronicidad parece "aprobar" decisiones que hemos tomado o por el contrario, “advertirnos” sobre aquellas que estamos por tomar. 

El tema de la sincronicidad está ampliamente documentado en la red, por lo que no creo necesario mencionar más al respecto, sin embargo, sí me gustaría compartir contigo algunas experiencias que he vivido en carne propia, relacionadas con eventos sincrónicos o “casualidades”, si es que prefieres nombrarlas así. 

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